«No y no. No quiero hormonas para tratar los síntomas de mi menopausia porque podrían causarme cáncer de mama», responden muchas mujeres a la doctora Carmen Sala Salmerón, ginecóloga y obstetra de la barcelonesa Clínica Gine-3, cuando les ofrece estrógenos y/o progestina (progesterona sintética) con el fin de superar la pérdida de su función reproductora o climaterio.
«Una frase que repiten absolutamente convencidas por las dudas y miedos que imperan a causa de un informe de Women’s Health Initiative (WHI) del año 2002, en el que se exageraron las afirmaciones o daños que provocaba la terapia hormonal sustitutoria (THS), sobre todo en relación a las neoplasias mamarias», destaca.
«Los hallazgos de entonces tenían una escasa relevancia y, por tanto, ¡es la hora de la resurrección de la mujer! -señala- ante los nuevos estudios que aclaran y confirman que la THS es el mejor tratamiento posible para las mujeres posmenopáusicas; afirmación que avala, sin ambages, la SEGO (Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia).