El suelo pélvico es el conjunto de huesos, músculos, tendones y fascias que mantienen los órganos dentro de la pelvis. Su desestructuración provoca alteraciones tanto funcionales (incontinencia de orina, incontinencia fecal, disfunción sexual), como anatómicos (descenso de vejiga, útero, recto, asas intestinales). Puede estar provocado por múltiples factores como el estreñimiento crónico, partos dificultosos, esfuerzos inadecuados de origen laboral o deportivo. Pueden y deben ser diagnosticados a tiempo, y si fuera necesario, corregidos mediante la técnica adecuada en cada momento: rehabilitación, cirugía, y corrección de malos hábitos.

A todas las mujeres y a cualquier edad, pues en cualquier momento puede aparecer un inicio de fallo del suelo pélvico, que si no es corregido a tiempo evolucionará fatalmente.

Mucho más frecuente de lo que pueda parecer. Es fácil hallar en mujeres mayores de 50 años, hasta un 60% de fallos de suelo pélvico en diferentes estadios. Suele ser poco divulgado, ya que las mujeres pueden sentir cierto sentido de vergüenza ante los síntomas que ocasiona (pérdida de orina, de gases o incluso de heces, disfunción sexual) y no lo comunican a no ser en una entrevista dirigida por el Especialista.