La patología de la mama es la más frecuente en la mujer, tanto la benigna como la maligna. Ante la aparición de una alteración en las mamas, autodiagnosticada por la propia mujer, o detectada en el transcurso de una revisión de rutina, hay que completar el estudio con una exploración por la imagen (mamografía y/o ecografía), y en casos de sospecha puede ampliarse con una toma de muestra mediante punción, que se remitirá para estudio anatomopatológico. Si el diagnóstico precisa completarse con una intervención quirúrgica contamos con el apoyo de unos cirujanos plásticos que pueden complementar la acción para mejorar el resultado estético.
Cualquier mujer en el transcurso de su revisión ginecológica debe ser explorada en busca de posibles alteraciones de las mamas, y si se detectasen complementarse con las actuaciones necesarias.
Dada nuestra estructura y organización podemos ofrecer una revisión mamaria completa en el día, con una aproximación al diagnóstico, quedando únicamente pendiente si se ha realizado una toma de biopsia, que puede demorar de 3 a 4 días, para un diagnóstico definitivo. La coordinación de todo el estudio se hace desde el despacho de Ginecología, no debiendo más que concretar la cita de la visita.
La oportunidad de un diagnóstico prácticamente inmediato tiene los beneficios de acortar al mínimo la angustia de la mujer, e iniciar si es preciso un tratamiento lo más rápido posible.
La autoexploración que debe realizarse tras cada menstruación o en mujeres postmenopáusicas una vez al mes, puede detectar una asimetría, una inversión del pezón, una secreción anómala, o un nódulo, debe generar una consulta con el Especialista.
La patología de las mamas, es muy frecuente, pero en su mayoría es de tipo benigno. Los quistes o fibroadenomas, consisten en las patologías más habituales, y frecuentemente no precisan ninguna actitud específica.
El cáncer de mama puede afectar, según las estadísticas más recientes a 1 de cada 8 mujeres, siendo el tipo de cáncer más frecuente en las mujeres. La mayor incidencia la encontramos alrededor de los 50 años, coincidiendo con los cambios hormonales, pero puede afectar a cualquier edad.
Es muy importante realizar un diagnóstico precoz, y con la colaboración de los oncólogos se pueden establecer tratamientos personalizados, que según los factores pronósticos hallados en el estudio de la pieza, puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o inmunoterapia. Según el tipo de cáncer y el estadío de diagnóstico, la curación puede acercarse al 100%.