Técnica reconstructiva mamaria en la que se realiza la transferencia o autotransplante de tejido de la misma paciente.
La zona donante es la zona abdominal, la piel y grasa de debajo del ombligo hasta el pubis. Anatómicamente corresponde a la misma zona donde se realiza una abdominoplastia estética. En la técnica DIEP, el equipo quirúrgico preserva una vena y una arteria que anastomosará a vasos del tórax de la paciente (pedículo mamario interno).
Menos cicatrices y mejor postoperatorio
Esta técnica permite reconstruir la mama en un único tiempo quirúrgico, sin necesidad de prótesis y únicamente con tejido de la paciente.
Puede utilizarse incluso en aquellos casos en los que la piel presenta grandes daños como cicatrices o efectos tardíos de la radioterapia.
Una vez transferido el tejido se remodela con el fin de que el resultado estético sea óptimo, asociando o no la simetrización de la mama contralateral. Tras un periodo de tiempo entre dos y tres meses y debido al efecto de la gravedad, el tejido transferido adopta la forma de lágrima propia de la mama. Con el transcurso del tiempo envejece igual que la mama contralateral con lo cual la necesidad de retoques o nuevas intervenciones es mínima. Así mismo, este tejido se encoge o engorda de igual que la mama sana.
Cabe destacar que este tipo de reconstrucción requiere de cirujanos plásticos entrenados en microcirugía y que se realice en centros con quirófanos equipados con microscopio quirúrgico y una correcta área de hospitalización. Generalmente el periodo de ingreso oscila entre los 6 y 8 días. Este tipo de reconstrucción es desaconsejable en mujeres fumadoras o en aquellas pacientes con antecedentes de cirugías de cierta importancia en el abdomen.
Respecto a la técnica clásica en la que la transferencia se realiza conjuntamente con el músculo recto abdominal (TRAM) presenta la ventaja de dejar intacta la pared abdominal.