La amenorrea imperfecta de las adolescentes - Gine3

15 de noviembre de 20160

La doctora Carmen Sala Salmerón, «gine» de Gine-3 Barcelona, señala en este vídeoblog a «la ansiedad relacionada con el instinto de perfección» como la causa más frecuente de amenorrea primaria o falta de menstruación en las adolescentes mayores de 15 años, que debieran tener este primer ciclo menstrual por su edad o por su desarrollo corporal; trastorno que suele observar más en las deportistas de elite.

El término amenorrea procede del griego y significa «mes que no fluye». No tener la regla preocupa muchísimo a las mujeres. Hace décadas representaba que se habían quedado embarazadas. Sin embargo, aunque en la actualidad ya no suela ocurrir, «siempre genera angustia vital y, a veces, situaciones de caos».

Carmen Sala se centra en la etapa de la adolescencia. Se suele detectar porque una madre lleva a su hija a la consulta ginecológica y dice: «Todavía no le ha bajado la regla a mi hija y todas las chicas de su clase ya la tienen».

Es una situación algo angustiosa tanto para la hija como para la madre; ambas inquietas y alteradas.

Después de crear un buen clima de confianza y elaborar el documento de anamnesis -historial médico pertinente en el que no sobran los antecedentes y las curiosidades familiares-, es necesario realizar una exploración ginecológica, situación siempre comprometida para la jovencita… Cómo, mamá, ¿me tiene que ver?…

Después de algunos arrullos psicológicos, y de volver siempre a un sosiego compartido, se practica el reconocimiento visual del aparato genital externo y se examina con un ecógrafo su parte interna para ver el útero, la matriz o los ovarios.

Una analítica hormonal y posiblemente alguna visita más completarán el estudio ginecológico.

La menarquia o primera regla suele aparecer antes de los 15 años de edad, episodio que no es comparable al retraso de esta primera regla o amenorrea primaria.

«Sin apuntar hacia la delgadez o hacia la anorexia, alguna mamá, muy preocupada, trae a su hija con 14 y simplemente faltan algunos meses para que la niña tenga su primera regla. Hay que tener paciencia. A veces, solo con una inspección ocular nos damos cuenta de que la jovencita no tiene todavía el desarrollo corporal necesario», observa.

En otras ocasiones sí pueden existir patologías raras y se tienen que prescribir estudios genéticos, ya que cabe la posibilidad de alteraciones en el mapa cromosómico.

«He visto dos o tres veces en mi vida lo que denominamos himen imperforado -membrana que ocluye la vagina-, pero la causa más frecuente de amenorrea es la neuroendocrina: la hipófisis -glándula situada en la base del cerebro- no segrega las hormonas; es decir, no se pone en marcha y no hace funcionar, a su vez, a los ovarios», explica.

Este tipo de ausencia de menstruación de origen hipofisiario suele darse, según su propia experiencia, en deportistas de elite.

«Gimnastas, bailarinas, atletas, nadadoras, patinadoras, etc., que tendrían que pesar más en la báscula teniendo en cuenta su edad y su altura. Son niñas que tienden a ser perfectas. Su objetivo es ser la mejor de la clase, la mejor deportista… la mejor en todo. Tienen un muy alto grado de exigencia», determina Carmen Sala.

El tratamiento de la amenorrea se gestiona con suplementos hormonales para contrarrestar anomalías en el desarrollo del aparato reproductivo. En ciertos casos, con cirugía para corregir problemas de la hipófisis.

Aún así, siempre hay que buscar la causa más sencilla que pueda estar provocando la amenorrea primaria, que normalmente coincidirá con la más frecuente.

«Cuando llevas varias consultas, análisis y ecografías para averiguar por qué no le baja la regla a una jovencita, y todas las pruebas apuntan hacia la normalidad ginecológica, que la regla le bajará en breve, la mamá va y te comenta… ‘Si yo lo sabía, a mí la regla también me vino muy tarde, como es natural en toda mi familia’…¡Ah! -responde la doctora con una sonrisa cómplice- habérmelo dicho antes».

El colofón final tiene que situar el foco de la ternura sobre las adolescentes.

«Es fundamental afirmar sin ambages que podrán tener hijos cuando te miran con esa carita y casi te susurran… Pero Carmen, ¿podré tener niños?… Tienen un útero y dos ovarios sanos para el día que decidan, libremente, ser madres», subraya la ginecóloga barcelonesa.

Al salir de la consulta madre e hija, Carmen Sala siempre recuerda un diálogo de la última escena de la película Casablanca… Humphrey Bogart -Rick- le dice al capitán Renault: «Presiento que éste es el comienzo de una hermosa amistad».

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Desde 1980, el Centro Ginecológico Gine3, es un centro que se ha dedicado al cuidado de la salud de la mujer y que fue fundado por la Dra. Carmen Sala y el Dr. Carlos Amselem.

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