Desde hace unos años, nos hallamos ante la situacion de multitud de pacientes que estan siendo sometidos a tratamientos con suplementos de vitamina D, y estan en situación de preocupacion por la informacion recibida de sus médicos. Ante todo, hay que conocer la realidad de los déficits de vitamina D. En consenso se acepta que menos de 20 ng/ml es una situacion deficitaria, entre 20 y 30 ng/ml se deberia valorar cada situacion, y mas de 30 ng/ml es correcto.
Dado que el 80% de la vitamina D, se debe a la exposicion a los rayos solares y su formación en la piel, y tan solo el 20% proviene de la dieta, hay que esperar que un país como el nuestro, los valores fluctúen entre los meses con Sol abundante, y los meses de invierno, a diferencia de por ejemplo los paises del Norte de Europa, que disponen de muy pocas horas de insolación.
Los défcits de vitamina D, se han relacionado clásicamente con la mala calcificación ósea, y tendencia al raquitismo en niños y adolescentes, y a la osteoporosis en adultos. Recientemente han aparecido multitud de artículos, sospechosamente ligados a la aparición de multitud de complejos que aportan vitamina D, relacionando los deficits de vitamina D a problemas cardiacos, cáncer, demencia precoz, dolor crónico, predisposición a la diabetes tipo 2, e incluso con el colon irritable. La mayoria de estos trabajos carecen de la suficiente validez científica.
En estos momentos, deberiamos aconsejar una ingesta rica en pescados azules (sardina, caballa, atún), huevos, leche, setas y mariscos, todos ellos ricos en vitamina D. Por otro lado una exposición solar moderada en los meses de primavera, verano y otoño, evitando las horas de extrema agresividad lumínica, deberían ser suficientes.
Por otro lado, no debería etiquetarse a una persona como deficiente en vitamina, con una sola determinación y menos si es en los meses de invierno, o inmediatamente después.
Sólo se puede aconsejar una suplementación con vitamina oral farmacológica en los casos que los valores en sangre sean inferiores a 20 ng/ml, o en personas de riesgo como ancianos, individuos que no puedan salir de casa, o con problemas de piel, y quizás en casos de malaabsorción intestinal.
Las mujeres que hayan optado por regímenes dietéticos especiales, como las vegetarianas, veganas o variantes, deben tener especial cuidado en no descuidar el aporte de proteinas, y de su composición.
