Entre las opciones de métodos anticonceptivos reversibles, cada vez va obteniendo más peso, y sobre todo en las mujeres más jóvenes, el uso del anillo vaginal. Se trata de un dispositivo de una silicona flexible, en forma de anillo, que se inserta en el interior de la vagina, y va liberando una cantidad fija de estrógeno (etinilestradiol) y progestágeno (etonogestrel), que se absorbe a través de las paredes vaginales, y actúa inhibiendo la ovulación.
Se coloca dentro de la vagina, en los primeros cinco días del ciclo menstrual, y se deja durante 21 días. Pasados estos días, se retira y la menstruación deberá venir en los próximos 3 o 4 días.
Además del efecto contraceptivo que se consigue ya en el primer ciclo de uso, el anillo vaginal puede tener efectos colaterales que pueden ser bien recibidos.
Sobre el ciclo menstrual, se ha podido observar que mejora la dismenorrea, disminuye la cantidad de sangrado menstrual, y mejora los síntomas premenstruales.
Parece ser, que en relación a las mujeres que no usan sistemas anticonceptivos, o que usan otros sistemas, puede mejorar la sexualidad, ya que no depende del momento del uso, proporciona una alta seguridad anticonceptiva, e interfiere poco en la lubricación vaginal.
Con respecto a otros sistemas, como el DIU, tiene una menor incidencia en la posibilidad de embarazo ectópico, y tal vez en la aparición de enfermedad pélvica inflamatoria. Al estabilizar los niveles hormonales, puede ayudar a mejorar el acné y estabilizar la pérdida ósea.
Hay estudios de alta fiabilidad, que demuestran asimismo que la anticoncepción hormonal ayuda a disminuir la incidencia de cáncer de ovario, de endometrio y de colon.
Es un sistema que se relaciona con un alto grado de seguimiento por parte de las mujeres, mayor que con los anticonceptivos orales, ya que solo requiere la participación una sola vez al mes, frente a la toma diaria de una pastilla cuando se trata de anticonceptivos orales, o de una vez por semana cuando se trata de parches anticonceptivos.
Es evidente que un buen uso de este tipo de anticonceptivo, pasa por una visita ginecológica, en la que se descarten contraindicaciones (antecedentes médicos, historial clínico, infecciones locales, etc) y normalidad del aparato genital inferior. En esa misma visita puede enseñarse el uso del anillo vaginal y discutir otras posibles opciones, con sus ventajas y desventajas
En resumen podemos concluir que es un buen sistema anticonceptivo para mujeres jóvenes, por:
- Evitar la toma diaria, y disminuir los fallos por olvidos
- Ser un sistema discreto
- Tratarse de un sistema de alta eficacia
- Ser fácil de usar.
- Buen nivel de tolerancia
El adiestramiento para su uso es mínimo, ya que es similar a la colocación de un tampón vaginal. La menor difusión de este sistema anticonceptivo, frente a los anticonceptivos orales, quizás haya que buscarla en la reticencia de nuestras mujeres a la automanipulación, en lo que seguramente debe tener mucho que ver el papel del ginecólogo/a en la divulgación.
