El cáncer de mama, sigue siendo el primero en incidencia en afectación de la mujer. Con la universalización de las pruebas de detección precoz, la mayor sensibilización de la población y una mayor visibilidad del problema, cada vez se diagnostican más casos en estadios precoces.
Las buenas noticias, son que este tipo de cánceres pueden ser curados, o al menos cronificados, con tasas de supervivencia no igualadas por ningún otro tipo de cáncer, y que gracias a técnicas de laboratorio avanzadas, en estos momentos validadas, hay muchas mujeres que podrán evitar la quimioterapia y sus consecuencias.
Aproximadamente la mitad de los cánceres de mama, presentan receptores hormonales positivos (a los estrógenos y a la progesterona), son HER2 negativos y no presentan afectación ganglionar. De estos casos el 70%, pueden evitar la quimioterapia ya que no presentan tasas mejores de supervivencia. Apoyando las conclusiones en unas pruebas que estudian los genes asociados a la posibilidad de metástasis (Oncotype estudia 21 genes, y Prosigna estudia 50 genes), se pueden calificar a las mujeres con cáncer de mama en estadios precoces, como de capacidad metastásica baja, media o alta.
Ya ha quedado claro con un estudio (estudio TAILOR, publicado en el New England Journal of Medicine) que abarcaba más de 10.000 mujeres y seguimiento desde el 2006, las mujeres que no precisan añadir quimioterapia a la hormonoterapia, evitando los efectos secundarios. Actualmente, se está desarrollando los protocolos de actuación para determinar qué mujeres del grupo intermedio, también podrían evitar la quimioterapia, y obtener los mismos resultados.
Este trabajo corresponde a los oncólogos especializados en cáncer de mama, a los cuales remitimos a nuestras pacientes, una vez realizada la cirugía y obtenido el estudio anatomopatológico completo.
Boletín Informativo de Noviembre 2018