Una pregunta frecuente en las embarazadas y en sus parejas, se refiere a la posibilidad de mantener relaciones sexuales durante la gestación, qué peligros tienen y qué precauciones deberían tomar. Dejando a un lado los tabúes religiosos, en los que se podrían considerar inmoral o innecesaria la actividad sexual en el embarazo, hay unas consideraciones a tener en cuenta.
Es cierto que pueden verse modificados algunos parámetros como el deseo sexual, la posibilidad de la frecuencia en el encuentro sexual, y la capacidad orgásmica de la mujer, todo ello debido a cambios físicos evidentes, y a cambios psicológicos que pueden afectar a ambos miembros de la pareja.
A favor de mantener relaciones, pueden actuar una mayor secreción vaginal y por lo tanto mejor lubricación, y un mayor aporte sanguinoso genital, que aumenta la sensibilidad local. Si existían previamente problemas en las relaciones sexuales, es fácil que aumenten, o que se use el embarazo para obviar las relaciones sexuales.
En situación normal, sin problemas en la evolución del embarazo, no hay ninguna objeción a que la pareja pueda mantener relaciones sexuales libremente. En situaciones especiales, hay que tener algún grado de precaución, como por ejemplo:
- En caso de amenaza de aborto
- Si existe sangrado en primer trimestre
- Si aparece una amenaza de parto prematuro (contracciones antes de finalizar)
- Si hay una rotura prematura de membranas
- Si existe alguna evidencia de infección genital tanto en el varón como en la mujer
Habitualmente por pudor, o por centrar en otros temas, no se habla de la sexualidad en la consulta, pero es un tema importante que hay que dejar claro. Nosotros, damos unos consejos por escrito a todas las embarazadas, en los que básicamente consta todo lo anterior.
Recordad: Cualquier duda, debe consultarse libremente, en el transcurso de la visita