La doctora Carmen Sala Salmerón, de la Clínica Gine-3 de Barcelona, retoma de nuevo su perfil periodístico y entrevista a la psicóloga Atze Mena López, una terapeuta del alma a la que recurre sin dudar cuando sus pacientes necesitan «un plus de atención especial» para enfrentarse a situaciones tan delicadas como un problema sexual, la imposibilidad de concebir un bebé o un desolador cáncer de mama.
Y nuestra reportera catalana comienza sus reflexiones por una de las preocupaciones más comunes puertas adentro de la consulta, la sexualidad femenina.
«Te necesito cuando no puedo ofrecer una respuesta más eficaz a una mujer que tiene un problema sexual grave», dice la doctora.
«Es verdad que las pacientes tienen mucha confianza en su ginecóloga y es a la primera persona a la que le cuentan algo tan íntimo. La sexualidad todavía es un tabú, más de lo que nos gustaría a los expertos en relaciones de pareja. Este tipo de consultas desvelen inquietudes que nos valen para resolver atascos en la salud sexual de las pacientes», responde la psicóloga del centro médico Gine-3.
«Te necesito cuando una pareja no puede tener un bebé aunque lo hayamos intentado en varias ocasiones por la vía de la reproducción asistida», continúa la ginecóloga.
«Las parejas que acuden a reproducción asistida se encuentran en un estado de gran shock emocional. Desde que somos pequeños nos transmiten la idea de que la maternidad es una cuestión realmente fácil, que basta con mantener una relación sexual; y no es así», argumenta la psicóloga general sanitaria.
«Cuando realizan el primer tratamiento reproductivo depositan sus esperanzas en todos los profesionales que les asisten. Se muestran muy contentas e ilusionadas. Cuando la fecundación in vitro falla la frustración es proporcional a sus ilusiones», describe.
«En estos casos transmito un mensaje de esperanza, que hay otras opciones, otros tratamientos. El deseado bebé puede llegar a través de una donación. Y si aún así no hubiera posibilidad de embarazo, trabajo la idea de que la vida continúa, que podemos alcanzar la felicidad de múltiples maneras», expone.
La doctora Carmen Sala escucha con atención cada respuesta e introduce en la conversación un tema aún más arriesgado.
«Te necesito cuando diagnosticamos un cáncer ginecológico, sobre todo un cáncer de mama. Estamos muy preparados para dar una mala noticia y sus consecuencias médicas, desde la fase quirúrgica a la quimioterapia, pero no sabemos aplicar técnicas de la psicología oncológica».
La psicóloga, especialista en la mujer a partir de catorce años, no se arruga y aporta una respuesta solidaria.
«Cuando una mujer recibe este diagnóstico teme por su vida. Afortunadamente todo se resuelve de manera satisfactoria en la mayoría de los casos, pero el apoyo psicológico a este tipo de pacientes es decisivo para su reincorporación a la sociedad. Tienen que afrontar muchas pruebas médicas y dar explicaciones a sus familiares, en ocasiones hijos pequeños; algo realmente difícil».
La última pregunta aborda uno de los trastornos de la alimentación más frecuente entre las adolescentes.
«Te necesito cuando aparece en la consulta una mamá con su hija quinceañera y te dice que su niña lleva seis meses sin menstruación. Compruebas, solo con un primer vistazo, que la jovencita aparenta sufrir anorexia, y sé que no soy yo quien tiene que ayudarla», pone de manifiesto.
«Este prediagnóstico es muy importante porque sin él se perdería un tiempo precioso. Reconocer los límites de cada uno es definitivo para los pacientes y en este tipo de casos, yo también derivo a las jovencitas hacia el tratamiento de equipos multidisciplinares compuestos por psiquiatras, endocrinos o trabajadores sociales, que pueden ser más eficaces», se sincera la psicóloga.
«¿Supongo que habréis entendido por qué acudo a la psicóloga, no? -pregunta la doctora a los internautas-. Los ginecólogos estamos muy preparados para el diagnóstico y los tratamientos, pero no estamos capacitados para asumir ciertas terapias. Necesitamos de profesionales como Atze, a los que podemos recurrir llamándolos con un profundo y leal «Te necesito».
Todos nos necesitamos los unos a los otros y como dice la leyenda de la fotografía que nos muestra la doctora Carmen Sala en el vídeoblog… «Cuenta conmigo».
