El volumen de las mamas no está siempre en relación con la complexión de la mujer. Puede haber una discordancia entre ambas, y es cuando pueden surgir problemas. En este artículo nos ocupamos de las mamas grandes, y su relación con el dolor de espalda.
La importancia de escoger el sujetador adecuado es básica. No todas la mujeres saben que un sujetador no debe seleccionarse sólo por la talla, que es la medida del perímetro torácico en centímetros, tomado justo por debajo de las mamas. Asi, una talla de 80, 90 o 100 está marcando el perímetro torácico, y no el volumen mamario. La copa del sujetador, es la que realmente está en relación con el volumen, y puede ser A, B. C. D, F ,… según dimensiones.
Con estas dos variables si que es posible escoger el sujetador adecuado a cada mujer. Puede mejorar la elección, si se decide por un modelo con tiras cruzadas, tirantes anchos, o modelos deportivos que fijan especialmente los pechos, y permiten disminuir el impacto al hacer ejercicio.
Si todo lo anterior se tiene en cuenta, es posible minimizar el mayor problema de la mama grande que es el dolor de espalda asociado, y la incurvación hacia la cifosis de la columna vertebral. Independientemente del factor estético, que puede ir ligado a modas, lo cierto es que una mama hipertrófica es incómoda y causa molestias.
Si no es suficiente con la elección del sujetador adecuado, que aconsejamos se haga en una corseteria con personal entrenado, hay que valorar en conjunto con el ginecólogo y el cirujano plástico, la posibilidad de realizar una reducción mamaria. No es una intervención banal, ya que deja cicatrices visibles, exige un ingreso en clínica de al menos unas 48 horas, y el postoperatorio puede ser incómodo en un periodo de entre 10 y 20 días. El resultado no obstante suele ser muy satisfactorio, y desde luego es una solución definitiva.
