La ginecóloga Carmen Sala Salmerón, de la Clínica Gine-3 de Barcelona, urge a los hombres a palparse sus zonas mamarias de forma rutinaria con el fin de detectar a tiempo bultos sospechosos que podrían ser de origen cancerígeno; costumbre saludable, y nada vergonzante, que ha salvado la vida de muchas mujeres.
El cáncer de mama en el varón representa el 0,1% de todos los cánceres mamarios o el 0,1% de todos los tipos de cáncer que pueden sufrir los hombres; y alcanza niveles de mortalidad muy bajos, solo un 0,2%.
En España, la estadística coincide con la prevalencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS): un hombre con cáncer de mama frente a 100 mujeres.
En cuanto a la edad, el 90% de los cánceres de mama masculinos se registran entre los 50 y los 70 años de edad, aunque su pico máximo se acerca a los septuagenarios. Por debajo de los cincuenta, afecta a menos del 10% de los hombres.
Esta prevalencia aumenta, además, en personas de raza negra y entre los integrantes del pueblo judío. Por países, tiene mayor incidencia en los Estados Unidos de América.
Pero estos datos no pueden justificar, por sí solos, el nivel de desconocimiento de esta neoplasia y sus consecuencias irremediables: «Los casos de cáncer de mama en el hombre se incrementan año a año», apunta la doctora Sala.
«A la mayoría los encontramos en fases tres o cuatro. ¿El motivo?… básicamente por desconocimiento y vergüenza, además de miedo: «Yo… ir al médico por un bulto que tengo aquí… va, no será nada», escenifica.
«El cáncer de mama se hace visible con un nódulo retroareolar en la mama, que crece y crece; con lo que se va adhiriendo a los planos más profundos y superficiales de la zona mamaria. Produce lo que se llama piel de naranja y retracción del pezón, aspecto físico que precipita al varón hacia la petición de una consulta con el especialista», analiza.
«El paciente llega al médico con adenopatías metastásicas en huesos, pulmón o próstata… el diagnóstico y la clínica ya son tardíos», valora.
Cuando aparece un hombre en la consulta con su nódulo, lo primero que hay que hacer es un diagnóstico diferencial, ya que no todos los bultitos en la mama son de origen cancerígeno.
«Podría tratarse de una ginecomastia -agrandamiento anormal de la mamas-, de un lipoma -tumor benigno- o tal vez de un quiste, ya que el hombre tiene una glándula mamaria rudimentaria y pequeña, pero la tiene», concluye.
El 95% de los cánceres varoniles están provocados por los estrógenos -hormonas sexuales- y la pauta de tratamiento es igual que en una mujer: radiología, biopsia, tratamiento quirúrgico, quimioterapia y tratamiento antiestrogénico, tanto para disminuir la producción de estrógenos como atacar a los receptores estrogénicos.
El pronóstico es peor debido a la falta de un diagnóstico precoz o en fases tempranas de la enfermedad.
¿Y qué tipo de hombres llegan a padecer cáncer de mama?
La herencia genética es una condición clave. El 20% de los pacientes tienen antecedentes familiares y con frecuencia son portadores de la mutación del gen BRCA2 (que repara el ADN).
Otros padecen el síndrome de Klinefelter. Son hombres XXY, que tienen un cromosoma X adicional en las mayor parte de sus células.
«Son hombres llamados eunucos -añade la doctora-. Se caracterizan por su atrofia testicular y algo de desarrollo mamario. Normalmente sufren de infertilidad -no producen la misma cantidad de testosterona que los demás varones- y tienen una predisposición a desarrollar cáncer de mama, más si cabe al necesitar terapia estrogénica».
También hay hombres que producen más estrógenos de lo normal, como las personas obesas y los enfermos de cirrosis; y hombres que tienen ciertos problemas en los testículos, como la mencionada atrofia testicular, criptorquidea -testículo que no llega hasta el escroto- o que han necesitado realizarse una extirpación testicular.
Siempre con una sonrisa, la ginecóloga se dirige a los hombres para recomendarnos que nos cuidemos como lo hacen ya las mujeres, «altamente concienciadas de que un diagnóstico precoz salva sus vidas».
Por eso, Carmen Sala efectúa un llamamiento: «No os puedo decir que os vayáis explorando las mamas, pero si tenéis un bultito… por favor, acudid inmediatamente al médico».
