La doctora Carmen Sala Salmerón, de la Clínica Gine-3, nos explica en este vídeoblog las ventajas anticonceptivas del DIU Mirena, un dispositivo intrauterino que evita embarazos no deseados, disminuye sensiblemente la cantidad o el dolor de la regla y «salva el útero de gran cantidad de mujeres».
Pero no comienza describiendo este dispositivo anticonceptivo, sino que nos muestra la edición de 1980 de «El derecho a la contracepción», uno de los libros que tuvo que consultar durante sus estudios universitarios, y en el que tiene señaladas dos fechas trascendentales en relación a las libertades fundamentales de las mujeres en España
Una referencia al artículo 416 del código penal de 1939, que legisló entonces que «serían castigados con arresto mayor, y multa de 10.000 a 200.000 pesetas, los que en relación a medicamentos, sustancias, objetos, instrumentos, aparatos o procedimientos sean capaces de facilitar el aborto o de evitar la procreación»
Otra del 11 de octubre de 1978, cuando se despenalizó el uso de anticonceptivos y se previó la creación de centros de orientación familiar desde la Dirección General de Salud Pública y «Salud Veterinaria», lo cual representó un paso fundamental, pero solo el primero, para una total «normalización de la planificación familiar».
Y por qué nos lee Carmen Sala estos dos breves pasajes de este manual académico… porque en 1980 «no hubiera podido hablar del DIU, un objeto o dispositivo que consigue disminuir la fertilidad de la mujer», atestigua.
Los orígenes del DIU se situarían en el antiguo Egipto. Se han encontrado momias egipcias con bolitas de 18 milímetros en el útero. Se comenta que era el método anticonceptivo favorito de la mismísima Cleopatra.
Pero fue Hipócrates su precursor. En el siglo V antes de Cristo, este médico de la Grecia antigua, considerado el padre de la Medicina, introducía «semillas de zanahoria» a través de un tubo de plomo para evitar los embarazos en la mujer.
Los árabes también conocían algunas técnicas anticonceptivas. Necesitaban que sus camellas no se quedaran preñadas durante las largas travesías en caravana por el desierto y les introducían «una piedra» dentro de la matriz.
Ya en el siglo XX se desarrollan nuevos dispositivos, aunque producían muchas infecciones: en 1909 R. Richter creó anillos níquel o cobre unidos a hilos seda y catgut, antecedente del nailon; en la década de los veinte, E. Gräfemberg empleó anillos de acero, oro o plata, sin hilos.
A partir de estos se desarrollan nuevos dispositivos y se emplean materiales plásticos. En los 70 aparecen los modernos DIU de cobre, pero no fue hasta los ochenta cuando se presentan en sociedad los dispositivos intrauterinos medicados, «los mejores», en su opinión.
El DIU «Mirena» tiene forma de «T» para que se adapte al interior del útero. Contiene una cápsula que libera, diariamente y de forma mantenida, levonorgestrel, un progestágeno similar a la progesterona que produce el ovario de la mujer.
«Solo actúa a nivel uterino, evitando los embarazos y con tres misiones: disminuye el grosor de la pared endometrial, con lo que se consigue reducir la cantidad de sangrado y el número de días del periodo menstrual; espesa el moco cervical, con lo que se dificulta el paso de los espermatozoides; e inmoviliza a los ‘listillos’ que llegan al útero», ilustra la doctora Sala.
¿Y qué ventajas ofrece este DIU?… «Dura cinco años, se quita en cualquier momento y casi es fiable y seguro en un 100% de los casos», señala.
La ginecóloga Carmen Sala concluye su intervención alabando este dispositivo médico, y no solo por su capacidad anticonceptiva: «El DIU Mirena ha evitado que muchísimas mujeres tengan que practicarse una histerectomía, la extirpación del útero».
