La Obstetra Carmen Sala Salmerón, de la barcelonesa Clínica Gine-3, entrevista en esta nueva ocasión vídeobloguera a «un gran, gran personaje oculto» en las salas de partos, la comadrona Pastora Bembibre Asenjo, una profesional de enfermería «imprescindible» que ha ayudado a más de 6.500 madres a traer a sus hijos al mundo
«sin quejarse por lo bajini» de si el llanto del bebé resuena de día, de noche o en festivo.
Las comadronas dirigen, entre otros, todo el proceso «largo y tedioso» de la dilatación (latente o primera fase, activa con contracciones rítmicas y expulsiva a partir de los diez centímetros, cuando el futuro bebé asoma ya la cabecita), auspiciando el bienestar del feto y de la madre, atendiendo con cariño al padre e informando de cuando en cuando a los familiares.
«Nosotras trabajamos codo con codo con el médico, pero guiamos todas las fases del parto. Cuando llega el momento y le decimos al tocólogo… ven al paritorio… el médico lo deja todo y viene sin dudarlo», asegura esta comadrona con 36 años de experiencia.
La doctora Sala asiente emocionada y le acerca el micrófono de efesalud a Pastora para que resalte aún más si cabe ese momento tan intenso del trabajo en equipo, lleno de un «feeling» imprescindible para el bebé y su madre.
«La conexión debe ser absoluta. Hay que tener en cuenta que ambos hemos trabajado juntos desde que terminamos nuestras respectivas carreras. Con una simple mirada sabemos lo que queremos y a veces solo nos basta una palabra. Nuestra labor sería muy engorrosa si no nos entendiéramos. Es decisivo que seamos un dúo bien avenido».
Para Carmen Sala, Pastora Bembibre es un ejemplo a seguir no solo porque «se las sabe todas» o en su día se graduara con matrícula de honor, sino porque pertenece a una generación de especialistas que obedecen sin rechistar a sus instintos más profesionales.
«Sé que has estado incluso tres días con sus noches ayudando en un parto tras otro», comenta la ginecóloga para mostrar un botón de su patrón de comportamiento.
Y por eso, o por los días de fiesta, de cumpleaños, de Navidad o el día de los Reyes Magos que ha dejado de estar con sus seres queridos, le pregunta… ¿Qué os diferencian de las nuevas hornadas de comadronas?
«Aunque haya excepciones, la mayoría de las jóvenes pretenden un horario estable. Quieren saber cuándo empiezan y cuándo terminan su jornada laboral. No aceptan los contratiempos. Cuando mi generación se haya jubilado -ella tiene 65- será muy difícil encontrar a una especialista que duerma a trompicones mientras espera el siguiente parto», afirma Pastora.
La doctora, obstetra y ginecóloga, Carmen Sala Salmerón, confirma con este diagnóstico «exacto» y este pronóstico «preciso» el fin de una quinta modélica de comadronas, y concluye este pequeño diálogo informativo dándoles sus infinitas gracias y colocándoles «la mitad de las medallas» que se cuelgan los médicos por asistir a este tipo de partos.
